MANIFIESTO
ANTI-TERRORISTA
A escasos
días de la cadena de atentados terroristas en París el ambiente está cargado de
miedo, telediarios y periódicos insistían en una sola idea, una idea hipócrita
e insostenible, la idea de ayudar a y rezar por París, cosa que es errónea
depende de donde se mire. Un punto fundamental que desea el sistema es la
focalización de la atención de la sociedad, ya que es más fácil redirigir la
situación, un martilleo continuo de información sobre los ataques en París nos
ha hecho llorar, pero la finalidad de ese hacernos llorar es que las lágrimas
no nos dejen ver que en el Líbano se cometió el más grande de su historia, y
pocas son las referencias que he visto por el sufrimiento fuera de las
fronteras de nuestro "paraíso" llamado Europa. Estoy avergonzado por
permitir esta cruel globalización, esta globalización que deja libre tránsito
al capital, pero no a la solidaridad ni a las personas. Después de esto, uno se
pregunta a quién beneficia de verdad semejante hilado de sucesos, esto favorece
al mayor y más complejo sistema socio económico a escala mundial, es la más difícil
estructura de gobierno, estoy hablando ni más ni menos del gobierno de los
Estados Unidos de América, la tierra de los valientes de la libertad y de la
solidaridad, pero también es la tierra donde hace horas a anunciado su
paralización de la acogida de refugiados por miedo. ¡Santa hipocresía, de aquel
que diga que en el mundo gobierna un sistema no perverso! Pues lo único que
quieren los refugiados es huir de un grupo terrorista del cual la financiación
no está desligada a los Estados Unidos.¿ Porque no reaccionamos ante esta
sociedad inyectada en odio?
Este es un tiempo de antítesis, la antítesis de pedir
solidaridad por lo de Francia, por lo de Francia y por lo de Francia, grandes
serán las penumbras del mundo si no hay amor ni coherencia.
Solo me queda lanzar un grito de desesperación ante tanta
sociedad de muerte a los dirigentes del mundo, como un niño gritando al océano:
El mundo se desmorona si la vida, la verdad y la justicia
se golpean sin piedad para implantar una sociedad dividida y llena de odio, y
aunque vuestro poder es enorme como el sol abrasador, siempre una nube más
otra, y otra, se puede ganar LA PARTIDA DE LA VIDA.
Enrique Medina
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